Cada 18 de octubre, desde 1972, se conmemora el Día Mundial de la Protección de la Naturaleza, fecha que tiene como objetivo ”anticipar los riesgos y prevenir los daños al ambiente, proteger aquellos espacios naturales con vegetación, fauna, paisaje o geomorfología, y disponer estrategias que permitan que el desarrollo humano sea compatible con la protección del entorno”.
Este jornada, que nos brinda la oportunidad para reflexionar sobre nuestro compromiso con el medio ambiente y la importancia de preservar el planeta, fue declarada por el Secretario General de las Naciones Unidas, el austríaco Kurt Waldheim. Sin embargo, ante el aumento de la crisis climática, y los fenómenos que son cada vez más visibles, esta fecha volvió a tomar una nueva importancia.
“Sin naturaleza, no somos nada”, había advertido António Guterres, al inaugurar la Conferencia de Biodiversidad, también conocida como COP15, en Montreal, Canadá, en 2022. Es que, según el titular de la ONU, la humanidad lleva ejecutando, durante cientos de años, “una cacofonía del caos, interpretada con los instrumentos de la destrucción” que “está degradando la tierra y haciendo más difícil alimentar a la creciente población mundial”.
Ante esta situación, desde el mismo organismo internacional brindaron claves para acercarnos a un futuro sostenible, con el objetivo de proteger la naturaleza y garantizar un planeta saludable para las futuras generaciones.
1 – Protección de la naturaleza
Guterres se refirió, en más de una oportunidad, a la relación entre la naturaleza y las protecciones estatales, al asegurar que el primero de los tres pilares principales para salvar la naturaleza “implica la implementación de planes nacionales” que contribuyan con soluciones ecológicas como la energía renovable, la reducción de plásticos, la producción respetuosa de alimentos con la naturaleza y la extracción sostenible de recursos.
Al tiempo que agregó que, el segundo debe centrarse “en un cambio de la industria alimentaria y agrícola hacia la producción sostenible y los medios naturales de polinización, control de plagas y fertilización”. Mientras que el tercero hace foco en el apoyo financiero hacia la conservación y el uso sostenible de la biodiversidad.
2 – Mitigar la deforestación
Según estadísticas de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) sobre la deforestación, “aunque la tasa de pérdida se redujo a más de la mitad en el período 2010-2020 en comparación con el decenio anterior, el área de bosques primarios ha disminuido en 81 millones de hectáreas desde 1990”.
“Desde inicios del siglo XXI hasta el periodo comprendido entre los años 2010 y 2018, el ritmo de deforestación de los bosques disminuyó un 30%”, aseguran desde la ONU. Al tiempo que destacaron que “la región que sufrió una mayor pérdida de masa forestal entre el año 2000 y el 2018 fue Sudamérica con 68 millones de hectáreas deforestadas, seguida a larga distancia por África con 49 millones”.
3 – Neutralidad climática
Según explican desde la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (UNFCCC), la neutralidad climática se refiere a la idea de que las emisiones netas de gases de efecto invernadero se equilibren y sean iguales (o menores) a las que se eliminan a través de la absorción natural del planeta. “Es decir, significa que reduzcamos nuestras emisiones a través de la acción climática”, comentan.
El objetivo central del Acuerdo de París sobre el cambio climático de 2015 es limitar el calentamiento mundial. Para alcanzar este objetivo de temperatura a largo plazo, los países se proponen alcanzar el máximo de las emisiones de gases de efecto invernadero lo antes posible para lograr un planeta con clima neutro para mediados de siglo. “La neutralidad climática significa vivir de una manera que no produzca emisiones netas de gases de efecto invernadero”, explica la ONU.
4 – Protección de los Océanos
Los océanos son una parte esencial de los ecosistemas del planeta y deben ser protegidos de la sobrepesca, la contaminación y el cambio climático. La creación de áreas marinas protegidas y la conservación de los ecosistemas marinos son esenciales para cualquier visión de futuro.
Según la ONU “la biodiversidad y los ecosistemas marinos mantienen la salud del planeta y sostienen el bienestar social”. “En ningún otro ámbito la importancia de la biodiversidad para el desarrollo sostenible es más esencial que en los océanos. La biodiversidad marina, esto es, la variedad de vida en los océanos y los mares, es un aspecto fundamental de los tres pilares del desarrollo sostenible —económico, social y ambiental”, agregaron.
Un gran avance en este frente se hizo a partir de la firma del Tratado Global de los Océanos, el 5 de marzo último. Los estados miembros de la ONU llegaron a un acuerdo para proteger el 30% de las aguas internacionales, que hasta ahora no se encontraban bajo ninguna normativa, para el año 2030.
5 – Agricultura Sostenible
La agricultura sostenible es clave para alimentar a la población mundial sin dañar los ecosistemas. La adopción de prácticas agrícolas respetuosas con el medio ambiente, como la agroecología y la agricultura orgánica, es fundamental. La FAO enfatiza que “la agricultura sostenible es esencial para la seguridad alimentaria global”.
Según la organización: “Para ser sostenible, la agricultura debe satisfacer las necesidades de las generaciones presentes y futuras, y al mismo tiempo garantizar la rentabilidad, la salud ambiental, y la equidad social y económica. La alimentación y la agricultura sostenibles contribuyen a los cuatro pilares de la seguridad alimentaria —la disponibilidad, el acceso, la utilización y la estabilidad— y a las tres dimensiones de la sostenibilidad —ambiental, social y económica”.
A su vez, la FAO advierte: “La producción alimentaria y agrícola de todo el mundo se enfrenta a desafíos sin precedentes a causa de la creciente demanda de alimentos por una población en auge, el aumento del hambre y la malnutrición, los efectos adversos del cambio climático, la sobreexplotación de los recursos naturales, la merma de la biodiversidad y la pérdida y el desperdicio de alimentos”.