Este martes, el príncipe Harry tendrá que comparecer ante un tribunal londinense para declarar en el marco de un caso contra un editor de un periódico sensacionalista, convirtiéndose así en el primer miembro de la familia real británica en declarar ante la justicia, en más de un siglo.
El hijo menor del rey Carlos III y otras figuras de alto perfil alegan que MGN participó en actividades ilegales, incluida la piratería telefónica, en sus títulos y buscan daños y perjuicios.
Bancos de fotógrafos y camarógrafos se reunieron frente al Tribunal Superior de Londres en previsión de la llegada de Harry para los discursos de apertura del caso.
Pero su abogado, David Sherborne, dijo que Harry no subirá al estrado hasta el martes, ya que había estado celebrando el segundo cumpleaños de su hija, la princesa Lilibet, y solo voló al Reino Unido el domingo por la noche.
Eso le valió una reprimenda del juez Timothy Fancourt, quien afirmó estar “un poco sorprendido” de que el príncipe no estuviera en la corte el lunes.
Sherborne indicó que las historias sobre Harry eran claramente una fuente de dinero para los tabloides y comenzaron cuando tenía 11 años.
La búsqueda de historias por métodos ilegales incluso continuó después de “la trágica muerte de su madre”, la princesa Diana, en un accidente automovilístico en París en 1997 mientras era perseguida por fotógrafos.
“Ningún aspecto de la vida del joven príncipe estaba a salvo” de la intrusión de la prensa y el teléfono de Harry “habría sido pirateado en múltiples ocasiones”, afirmó.
El abogado de MGN, Andrew Green, manifestó que “no había evidencia” de que el teléfono del príncipe fuera pirateado “y mucho menos de manera habitual” y que los registros de pago utilizados en el reclamo “no demuestran” la recopilación ilegal de información.
El juicio de MGN es uno de varios que Harry ha presentado contra grupos de periódicos británicos desde que renunció a sus deberes reales a principios de 2020 y se mudó a los Estados Unidos.
