El funeral del papa emérito Benedicto XVI se ha celebrado este jueves en la basílica de San Pedro, presidido por el papa Francisco.
Antes de la sepultura, el ataúd con los restos de Benedicto fue trasladado a la plaza de San Pedro para un rezo por parte de los fieles católicos.
Para el entierro, el féretro de Benedicto fue transportado por la basílica hasta una cripta ubicada bajo el presbiterio, como él mismo deseaba. Se trata del lugar de descanso original de su predecesor Juan Pablo II, cuyos restos fueron trasladados a la parte superior de la catedral después de que este fuera beatificado en 2011, precisamente por Benedicto XVI. Se sabe que el féretro del papa emérito tiene una cubierta triple: una primera de ciprés, otra de zinc y una última de roble.
Entre las personalidades que asistieron a la ceremonia de despedida de Benedicto se encuentran el presidente de Italia, Sergio Mattarella; su homólogo alemán, Frank-Walter Steinmeier; el canciller de Alemania, Olaf Scholz; los reyes de Bélgica, Felipe y Matilde; la reina Sofía de España; el ministro de la Presidencia de España, Félix Bolaños; el mandatario polaco, Andrzej Duda; y el presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa.
Según datos de la Policía, alrededor de 50.000 fieles llegaron a la plaza de San Pedro para la ceremonia.
El rito fúnebre que se celebró esta jornada es histórico, ya que Benedicto fue el primer pontífice en renunciar al cargo en seis siglos y al momento de su fallecimiento no ejercía como jefe de Estado del Vaticano. La ceremonia de hoy tiene como precedente más reciente el funeral de Pío VI, quien murió en 1799 en exilio en Valence, Francia, como prisionero de Napoleón, pero tres años después sus restos fueron llevados a Roma y el papa Pío VII celebró la sepultura, precisa Vatican News.
Benedicto nació el 16 de abril de 1927 en el municipio de Marktl, Alemania, y fue obispo de Roma y cabeza de la Iglesia católica desde 2005 hasta 2013. Su papado se enfrentó a varios desafíos, como los debates divisivos sobre la dirección de la Iglesia y los efectos del escándalo en torno a la gestión del Vaticano de los numerosos casos de abusos sexuales por parte de sacerdotes.
Fuente: RT