En el país han escaseado las camionetas. En Constanza, por ejemplo, que algunos esperaban cada año para comprar una nuevo modelo y otros para hacerse de una de segunda mano, se han visto en la necesidad de utilizar su ingenio para conseguir un vehículo de trabajo que les permita cargar herramientas, y por qué no, productos de los que cosechan.
Aunque usted no lo crea, han recurrido a recortar yipetas y carros que se presten para ello, y que puedan ser utilizados en labores de agricultura. También quienes tienen camionetas viejas, las están reforzando con cama de camiones pequeños para facilitar cargas más seguras.
En el país entero están recurriendo a esta práctica, pero como es Constanza uno de los pueblos que tal vez más utiliza vehículos de carga, es allí donde más abundan las yipetas y carros ahora con forma de camionetas para ser usadas en labores agrícolas.
Según Anselmo Durán, las que más se cortan son las Toyota Runner, Pathfinder, Isuzu Trooper, Rodeo, Land Cruiser y otras que sean resistentes para el trabajo que buscan realizar con ellas. Ya en Constanza hay alrededor de 50 vehículos transformados.
Dice que después de la pandemia, los fabricantes de vehículos, al parecer han bajado la producción, y a esto es que atribuye la escasez de camionetas. “Aquí en Constanza hay gente que siempre cambia sus vehículos y vende los viejos, pero ahora no se ha podido hacer por la misma escasez, entonces, quienes esperaban para comprar las viejas tampoco han podido hacerse de otro vehículo y por eso, muchos han recurrido a comprar yipetas viejas y tranformarlas en camionetas”, expresa, quien fue el primero de ese pueblo en recurrir a esta práctica cuando aun no había escasez.
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Una dificultad
Aunque es bien valorado el ingenio de los agricultores, hay un detalle que obstaculiza el libre tránsito de estos vehículos improvisados, y es el proceso para sacar una nueva placa. «Al cambiar de yipeta o carro para camioneta, hay que sacarle una placa de carga, pero el trámite es bien complicado y dura mucho. Quienes tienen este tipo de camionetas se arriesgan porque es la única opción que tienen ahora mismo para el trabajo ante la escasez», comenta Durán.
Transformación
Entre una y dos semanas se lleva el trabajo de conversión. Es una tarea dura, pero se hace, y al aumentar la demanda de este tipo de improvisación, cada día se perfecciona más esta práctica y se agilizan las labores mecánicas para lograrlo. Todo depende
Para monteo
Pero no todo es trabajo. Algunos también acuden a esta práctica para convertir yipetas en vehículos de monteo. Ya en estos casos, se apuesta más al lujo y a los detalles atractivos. “De ese tipo, también hay muchos aquí porque al Constanza prestarse para ese tipo de actividad, la gente le saca provecho a esos vehículos viejos y los transforma en máquinas seguras y llamativas”, concluye.
Fuente: Listín Diario