Japón y los países de la Comunidad del Caribe (Caricom) se comprometieron este sábado a reforzar su colaboración ante «desafíos comunes» como los desastres naturales, el cambio climático o las «amenazas al orden internacional», en el contexto de influencia creciente de China en Latinoamérica y de tensiones en Asia-Pacífico.
El país nipones acogió hoy la octava conferencia ministerial Japón-Caricom, en la primera cita de este tipo en el país asiático desde la que albergó en 2014, y con la participación de cancilleres y otras autoridades de 14 países caribeños.
En la conferencia ministerial se abordaron problemáticas que afectan tanto a Japón como a muchos estados caribeños que, como el archipiélago nipón, son naciones insulares y se ven especialmente expuestos a desastres naturales y a fenómenos meteorológicos extremos derivados del cambio climático.
También se abordó la situación internacional marcada por los conflictos vigentes en distintas regiones, entre ellos el reciente empeoramiento de la crisis de seguridad en Haití (uno de los países integrantes de Caricom), o en el caso del continente asiático, las tensiones alrededor de Taiwán o en la península coreana.

Los cancilleres de Japón y de Caricom respaldaron una declaración conjunta en la que se comprometieron a «trabajar junto a sus socios globales para promover valores como la paz, la seguridad, la democracia, el respeto a la ley o los derechos humanos».
Los firmantes reconocieron que afrontan «desafíos comunes» que incluyen «amenazas al orden internacional libre y abierto basado en el respeto a las normas», y apostaron por un enfoque «colaborativo» ante la «intensificación» de esos problemas.
La declaración subraya que los estados miembros de Caricom son «naciones pequeñas insulares o de costa baja, en vías de desarrollo, y que constituyen un caso único para el desarrollo sostenible con vulnerabilidades únicas».
Por ello estos países necesitan «respuestas efectivas globales» contra el cambio climático y «medidas que se ajusten a sus necesidades», según los firmantes.
Japón y los 14 países caribeños también reafirmaron su apoyo a la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, y en concreto a preservar las demarcaciones territoriales y marítimas establecidas bajo ese marco incluso si la superficie de los países se ve afectada, como es previsible, por la subida del nivel del mar debido al calentamiento global.
Los firmantes subrayaron asimismo «la importancia del uso sostenible de los recursos marítimos», y denunciaron que la mayor amenaza contra ello es la pesca ilegal y los «subsidios dañinos relacionados con la sobrepesca y la sobrecapacidad».
Aunque el documento no menciona a ningún país concreto, desde diversos frentes se ha denunciado en los últimos años la presencia de flota china que faena en aguas internacionales limítrofes con el litoral de países suramericanos, lo que repercute los bancos de peces e impacta en la economía regional.
Otra cuestión conectada con Pekín y que preocupa a Japón es la ofensiva diplomática china para lograr que más países latinoamericanos normalicen sus lazos oficiales con el gigante asiático, en detrimento de Taiwán, según señalaron fuentes niponas de Exteriores.
Solo una docena de países de todo el mundo reconocen a Taiwán como un estado independiente, de los cuales seis se encuentran en Centroamérica-Caribe (Belice, Guatemala, Haití, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía y San Vicente y las Granadinas), lo que convierte a esta región en clave en este frente.
Japón, por su parte, cortó sus lazos diplomáticos con la República de China (Taiwán) y las estableció con Pekín en 1972, al culminar su proceso de reconocimiento formal del Ejecutivo del Partido Comunista de la República Popular China como «único Gobierno legal» del país.
Tokio, no obstante, ha promovido los intercambios bilaterales con la vecina Taiwán en el ámbito político, económico, educativo o sanitario, entre otros, y es partidario de la presencia en foros internacionales de ese territorio insular que, por su cercanía geográfica, es clave para la seguridad nacional nipona.
Fuente: EFE