La expareja de Sean Diddy Combs, la cantante Cassandra Cassie Ventura, subió este martes al estrado en el juicio por tráfico sexual contra el rapero y testificó sobre haber sido abusada y explotada sexualmente por el acusado durante años, un día después de que los fiscales mostraran a los jurados un video del magnate musical golpeándola en un hotel en 2016.
Ventura, vestida con un vestido café que dejaba ver su embarazo, fue interrogada por la fiscal Emily Johnson, a quien le aseguró que Combs fue “con frecuencia” violento con ella durante la década que duró la relación entre ambos.
“Sí, eran discusiones violentas, que generalmente terminaban en maltrato físico y arrastres; diferentes cosas”, declaró Ventura al jurado. “Me golpeaba la cabeza, me tiraba al suelo, me arrastraba, me pateaba”.
La mujer dijo que estos presuntos ataques le dejaban lesiones que se notaban a simple vista. “Normalmente me salían bultos en la frente, me dejaba los ojos morados o rojos, moretones por todo el cuerpo”, añadió.
Detalla orgías con drogas que Combs dirigía
Ventura también se identificó en el video que se hizo viral el año pasado en el que se pudo ver cómo Combs la golpeó en un pasillo del hotel InterContinental Beverly Hills, California. “Estábamos teniendo un encuentro, los llamábamos freak offs [exabruptos]», dijo y explicó que se trataban de encuentros sexuales propuestos por el acusado, un año después de terminar su relación, en el que ella actuaba con una tercera persona, casi siempre una escort. “Él nos dirigía”.
La mujer aseguró que, en un principio, Combs se encargaba de contratar a las escorts o acompañantes para los freak offs, pero que con el tiempo se convirtió en un trabajo que ella tenía que hacer. Ventura, de 22 años, aseguró que quedó confundida cuando el rapero le propuso por primera vez tener sexo con otro hombre mientras él observaba.
“Tenía 22 años en ese momento, se me revolvió el estómago. No tenía ni idea de cómo eso me excitaría, pero acepté”, testificó Ventura. “Estaba confundida, nerviosa, pero también lo amaba mucho y quería hacerlo feliz”.
Aunque no le gustaban este tipo de encuentros sexuales, Cassie aseveró que solo quería complacer a Combs. “No era algo que quisiera hacer, especialmente con la regularidad con la que se volvió”, añadió. “Pero, de nuevo, estaba enamorada y quería hacerlo feliz. En algún momento sentí que no tenía muchas opciones”.
«Demasiado mexicana»
Ventura también afirmó que Combs hacía comentarios sobre su apariencia física, como decirle que “se veía demasiado mexicana”, que su cabello se veía mal o que sus uñas “necesitaban verse de cierta manera”.
“Mi apariencia era muy importante para él, era algo bastante inmediato”, declaró en el tribunal. “Algunos días quería que estuviera muy sexy y otros días como una marimacha. Simplemente le importaba mucho”.
Ventura agregó que prefería que sus uñas fueran blancas, y que durante los encuentros casuales debían ser blancas o con la punta francesa. Combs también hacía comentarios sobre que ella hiciera ejercicio y se mantuviera en forma, y le habló de implantes mamarios, dijo.
“Tenía que verme de cierta manera durante los encuentros casuales”, dijo Ventura. “Definitivamente, mi autoestima se vio afectada durante toda la relación”.
Control sobre su carrera
A esa misma edad, Ventura dijo que Combs la introdujo a los freak offs y dijo que el acusado controlaba muchos aspectos de su vida en ese momento, incluyendo su “carrera, sexualidad; todo”.
“No sabía si se molestaría lo suficiente como para ser violento o si no querría estar conmigo en absoluto”, indicó, y agregó que también temía que la chantajearan con videos y fotos de sus encuentros con acompañantes.
Tres años antes, a los 19, la joven dijo que había firmado un contrato con el sello discográfico de Combs, Bad Boy Records, lo cual para ella era un gran avance en sus inicios de carrera. “Era un músico excepcional, un fanático de la música, y no sabía mucho sobre él personalmente”, declaró al jurado.
El contrato, detalló desde el estado, era uno por 10 álbumes y, aseguró que lanzó uno “más tarde ese mismo año; en agosto de 2006”. Sería el único con el sello de Combs.
Ventura hablo también sobre el presunto beso de Combs en su cumpleaños 21 dentro de un baño durante los MTV Video Music Awards. “Estaba confundida, era una artista nueva que no conocía el panorama y cosas así. No estaba acostumbrada a que un ejecutivo ni nadie fuera tan directo conmigo, más allá de la amistad, de una forma sexual, romántica. Recuerdo haber salido corriendo para contárselo a alguien”, dijo.
Además, la joven aseguró que no quería besar a Combs ese día porque había una diferencia de edad de 17 años entre ambos. Tras el incidente, aseguró que lo vio varias veces en el Hotel Trump de Manhattan, donde hablaron sobre su carrera musical y “empezaron a desarrollar una relación cómoda”.
Durante esas reuniones, dijo, él le planteó la idea del sexo oral, proponiéndole enseñarle a practicarlo y practicándoselo él mismo, algo que negó haber aceptado.
“Me hizo sentir como una loca por no corresponderle. En ese momento no entendía ese tipo de relación y tenía una con otra persona”, dijo. “Era muy joven y no tenía el vocabulario para algunas de las cosas que hablamos. Solo intentaba entenderlo, pero en ese momento era completamente inexperta”.
Drogas y orgías durante días
Ventura precisó haber tenido relaciones sexuales por primera vez con Combs durante un encuentro que ocurrió mientras, dijo, estaba drogada en un barco en Miami, Florida. “Estaba tomando vino, luego empecé a consumir drogas; una pastilla de éxtasis Blue Dolphin que él me dio. Nunca la había tomado. Estaba completamente drogada, riéndome, y no supe qué era hasta un rato después”.
Agregó que la pastilla le produjo una sensación de euforia, como si estuviera “realmente drogada, sensible al tacto y a todos los sentidos”. Ventura indicó que Combs tenía una relación con Kim Porter cuando comenzaron una relación física.
Tras ese encuentro, el rapero y la joven empezaron a pasar más tiempo juntos, pero, agregó, su relación “no se hizo pública durante muchos años” porque “él simplemente no quería que se viera mal, pero también sabía que era por sus hijos y asuntos personales, como su familia”.
La testigo describió a Combs como una persona voluble, diciendo que sus estados de ánimo “variaban bastante”. Un contexto que la afectaba “mucho”, y afirmó que, prueba de ello, era el maltrato que supuestamente él le infligía, incluso cuando ella no era la razón de su mal humor. “Se enojaba y de repente me golpeaban en la cara”, declaró ante el tribunal. “Me decía: ‘Cuidado con lo que dices’”.
La joven residió en varias casas en el sur de California y Combs le hacía visitas sin previo aviso cuando ella vivía en una vivienda que él pagaba. “Dependiendo de su estado de ánimo aparecía para ver cómo estaba”, añadió. “Era un momento de nerviosismo porque no sabía qué iba a pasar”.
Al tiempo, aseveró Ventura, los freak offs se convirtieron en su trabajo “y no había tiempo para nada más” ya que “salía días enteros, consumiendo drogas y alcohol, teniendo sexo con desconocidos”, dijo y especificó que incluso llegaron a ser cuatro días completos.
Antes de que Ventura subiera al estrado, el juez Arun Subramanian dictaminó que su esposo, Alex Fine, puede estar presente en la sala durante su comparecencia como testigo, pero tendrá que retirarse en caso de que surja el caso de violación de 2018, del que acusa a Combs.
Los abogados defensores pidieron que Fine no estuviera presente en la sala durante el testimonio de Ventura, ya que él mismo podría ser llamado a declarar, mientras que la fiscalía indicó que debería contar con la presencia de su círculo de apoyo, incluyendo a su esposo. El juez optó por un acuerdo.
