Gutierrez Reed es una persona de especial interés en la investigación que está llevando a cabo la oficina del alguacil de Santa Fe (Nuevo México, EE.UU.), ya que es una de las dos personas que manejó el arma antes de llegara a manos de Baldwin.
La otra, el asistente de dirección Dave Halls, admitió el miércoles que no revisó correctamente la pistola antes de entregársela al actor durante el ensayo de una escena en la que debía disparar a cámara.
Sin embargo, Gutierrez Reed defendió su labor y recordó que los productores del filme desoyeron sus peticiones para que el resto del equipo realizara sesiones de entrenamiento.
‘Ella luchó por tener días de entrenamiento para sostener armas y por contar con el tiempo adecuado para prepararse para los disparos, pero finalmente fueron rechazados por los productores’, aseguró el comunicado.
‘Todo el set de rodaje se volvió inseguro por varios factores, incluida la falta de medidas de seguridad. Ninguna culpa de Hannah’, añadió.
En las últimas horas, algunos medios han especulado con que el equipo practicaba tiro con balas de verdad en los descansos del rodaje, algo de lo que Gutierrez Reed no se hace responsable.
‘Hannah y la encargada de utilería tenían el control de las armas y nunca vieron a nadie disparar balas de verdad con esas pistolas, jamás lo habrían permitido’, justificó el escrito.
La pistola que disparó Baldwin, un revolver Colt 45, estaba guardada junto a otras dos armas, una modificada para que no pudiera disparar munición real y otra de plástico.
El alguacil de Santa Fe, Adan Mendoza, dijo en una rueda de prensa el miércoles que había encontrado unos 500 cartuchos de munición que describió como una mezcla de ‘cartuchos de fogueo, balas falsas’ y lo que ‘sospecha’ que podrían ser ‘balas verdaderas’.
Ante las preguntas de la prensa sobre la posible responsabilidad legal de Baldwin, que además de protagonista de la película es uno de los productores, el alguacil recalcó que ‘nada está descartado’
Fuente: EFE