Recientemente el cantante colombiano Camilo confesó que su esposa y madre de su hija Índigo se comió la placenta luego de dar a luz. Esto, aunque suena muy extraño para algunos, se ha convertido en una práctica algo común entre las celebridades.
Al parecer, muchas mujeres de la farándula internacional optan por ingerir la placenta con el fin de hacerle frente a la depresión posparto, así como para supuestamente mejorar la calidad de la leche materna, debido a la cantidad de células madre que se encuentran allí.
En la entrevista con el medio español, Camilo no entregó mayor detalle sobre la decisión que tomó su pareja. Sin embargo, sí reveló la receta que Evaluna Montaner utilizó para poder consumir adecuadamente la placenta de su embarazo, luego del parto del cual compartieron algunas fotografías en sus redes sociales.
“Allá se comen la placenta, ¿verdad?”, le preguntaron al cantante, haciendo referencia a las prácticas que probablemente ocurren en algunas partes del territorio colombiano, a lo que él respondió: “A mi esposa se la encapsularon y se la comió”, sin dar detalle alguno del proceso al que recurrieron.
¿Comerse la placenta es tan beneficioso como algunos dicen?
Aunque las personas que recurren a esta práctica después del parto aseguran que los beneficios son incalculables, por el número de células madre que tiene la placenta, lo cierto es que no habría evidencia científica de tanta maravilla.
Entre los beneficios que algunos aseguran trae comerse la placenta están combatir la depresión posparto, así como tener una leche materna con más nutrientes; sin embargo, en un articulo de The New York Times se señala que la placenta contiene altos niveles de hierro y de hormonas sexuales como estradiol y progesterona.
Esas últimas producirían, contrario a lo que se cree, efectos negativos en la lactancia durante los primeros días luego del parto.
En el mismo articulo, además, se habla de un caso de sepsis neonatal tras el consumo de unas de estas cápsulas contaminadas con estreptococo del grupo B, atendido por los Centros para el Control y la prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés).
Un procedimiento costoso al que no todos tienen acceso
La placentofagia, como se llama este procedimiento, no es algo para todo el mundo. Aunque la idea es comerse la placenta, no es algo que pueda hacerse sin mayor cuidado luego de que es expulsada por la madre.
La estructura que se forma al interior del útero durante el embarazo, y que tiene como propósito brindarle nutrición y oxigeno al feto, debe pasar por un proceso para poder ser ingerida. Por eso, es algo costoso que no cualquiera podría pagar.
Convertir en cápsulas una placenta, que fue la forma de consumir la estructura que utilizó la menor de los Montaner, puede costar más de 400 dólares. Según explicó el diario El Español, el procedimiento consiste en cocer, deshidratar y moler la estructura que crece dentro del útero, para que posteriormente la mujer la consuma en cápsulas.
Cabe recordar que Kim Kardashian utilizó el mismo método para ingerir la placenta de su segundo embarazo.
Fuente: Infobae