Por: Herman Pillier
La policía le hace parada con toda la razón del mundo a intervenir un vehículo que anda sin placa, vidrios ahumados y sin ningún rotulo especial de alguna institución pública.
El primer inconveniente se da cuando ella se identifica como fiscal, dice que viene de trabajar de La Romana y la policía quiere revisar el vehículo y, al ver que la fiscal quiere seguir su camino, comienza un oficial a grabar.
Momento seguido ella dice “yo no me voy a detener aquí, yo voy para la Colon”. Ella no emprende la huida, ella se va a resguardar en la policía. Casos hemos tenido de malas practicas de oficiales de la ley, y nadie sabe los casos que este llevando la fiscal, eso es delicado. No es cierto que ella es un ciudadano cualquiera, no lo es. Ella forma parte del sistema judicial de este país y estaba en traslado del trabajo a su casa.
Donde hubo muy mal manejo de ambas partes fue a la llegada al destacamento donde ninguna de las partes presentó inteligencia emocional para manejar el asunto. Lo demás fue un exceso tras otro que detona en la investigación que se esta llevando acabo y la posible suspensión de los policías involucrados.
Falta de comunicación, falta de respeto, falta de orden y del cumplimiento de los procesos fueron los que desencadenaron esa situación.
Dos órganos estatales que están entrenados a manejar perfiles bajo presión y calmar situaciones de riesgo y nadie pudo mediar razón.
