La red criminal transnacional dedicada a la trata de personas bajo la modalidad de explotación sexual comercial, utilizaba el engaño como estrategia para lograr la captación de mujeres venezolanas y colombianas que se encontraban en condiciones vulnerables, según detalla el expediente del Ministerio Público sobre la operación Cattleya.
La organización les ofrecían a las mujeres venir a la República Dominicana para trabajar como camareras en bares y restaurantes de zona turística de Bávaro, Punta Cana, bajo la promesa de obtener atractivos beneficios económicos.
Para facilitar su traslado al país, la estructura se encargaba de todos los gastos de pasaje aéreo, emisión de pasaportes (en caso de ser necesario), todo esto generaba una deuda que las victimas debían comprometerse a pagar una vez estuvieran establecidas.
El expediente detalla que al llegar a la Republica Dominicana, las victimas debían pagar por concepto de viajes, hospedaje y alimentos consumidos.
Deuda que según datos, ascendía entre US$3.000 y US$4.000 dólares y que para pagar debían sostener relaciones sexuales con los clientes que le buscaban los miembros de la organización.
La victimas no podían negarse a realizar las actividades sexuales, debido a que eran amenazadas con ser denunciadas en migración para ser deportadas, como con hacerle daños a su familiares en sus respectivos países de origen.
Además, las mujeres eran vigiladas constantemente por miembros de la red y no se le disponía tener tiempo libre, teniendo que estar disponible cada vez que un promotor la requería para un cliente.
El pasado 4 de agosto, el Ministerio Público y miembros del Departamento de Control Migratorio e Investigación de Trata y Tráfico de Personas de la PN, realizaron al menos 14 allanamientos en varios hoteles utilizados para prostitución de colombianas, movimientos de armas de fuego y drogas, en el Distrito Nacional y Punta Cana.
Fuente: N Digital