Una joven, indentificada como Emma Lee, de 23 años, dueña de Taste of Heaven Espresso en Seattle, se vio envuelta en una polémica viral cuando una compra rutinaria se convirtió en una violenta discusión.
En una mañana de martes, Lee sirvió a un cliente un café de 32 onzas y un agua de 24 onzas, sumando un total de $22. Sin embargo, el cliente cuestionó el precio, insistiendo en pagar solo $5.
La situación escaló rápidamente cuando el cliente, descontento con el precio, arrojó las bebidas a Lee. En respuesta, sintiéndose amenazada, Lee tomó un martillo y rompió el parabrisas del cliente a través de la ventana del auto en el drive-thru. Este incidente fue grabado en un video de vigilancia, atrayendo gran atención en línea.
Lee defendió sus acciones, argumentando que se sintió en peligro y tenía el derecho de protegerse a sí misma y su propiedad. Destacó los desafíos que enfrentan las mujeres que trabajan solas en la industria de servicios, particularmente en situaciones con clientes masculinos. A pesar de presentar cargos por agresión menor contra el cliente, este no fue arrestado pero se le prohibió el acceso a su establecimiento.
El incidente generó opiniones encontradas en las redes sociales. Muchos respaldaron las acciones de Lee, elogiándola por enfrentarse a la agresión y abogando por la seguridad de las mujeres en el ambiente laboral. Sus seguidores la consideraron una heroína local, subrayando la necesidad de cambiar la narrativa en torno a tales enfrentamientos.

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Críticas y perspectivas alternativas
No obstante, no todos estuvieron de acuerdo con la respuesta de Lee. Algunos la criticaron por intensificar la situación y dañar la propiedad del cliente, argumentando que podría haber habido maneras alternativas de resolver el conflicto. Los críticos cuestionaron la proporcionalidad de sus acciones y debatieron sobre la respuesta apropiada en dichos escenarios.