La sobrepoblación de animales de compañía se ha convertido en un grave problema de salud pública. A su vez, este fenómeno es de difícil solución, aunque existan diversas iniciativas y programas nacionales, provinciales y acciones municipales conducentes al control ético de la población de gatos y de perros.
El asunto es que nada de esto sirve si no se cambia la actitud de mucha gente que, displicentemente o por ignorancia, deja suelto a un animal, librando a la buena de Dios su reproducción futura. Por otra parte, la castración puede generar, por ignorancia, un miedo irracional a la cirugía o un rechazo ético por parte de algunos tutores.
Por lo tanto, nunca está de más fundamentar y enumerar las ventajas de la castración. En primer lugar, repasamos el caso de los perros.
-Al eliminar los testículos, se reduce la posibilidad de la hipertrofia benigna prostática, claro antecedente de los tumores de próstata del perro macho, de alta frecuencia en la adultez.
-Reduce claramente los comportamientos de dominancia entre perros y por ello la agresión intraespecífica (de perro a perro) al bajar los niveles de testosterona.
-Disminuye el espíritu de vagabundeo evitando que los perros se pierdan o anden vagando por la calle con las consecuencias de accidentes y desprotección de los animales.
-Evita, sin duda, las enfermedades de transmisión sexual. Entre ellas, la más frecuente, producto de la promiscuidad sexual, el tumor venéreo transmisible.
-En las hembras caninas, la castración antes del primer celo o inmediatamente después de él, reduce en un 100% la posibilidad de que desarrollen cáncer mamario.
Sin duda, la castración de los perros también puede reducir las probabilidades de tener infecciones del útero que pongan en serio riesgo su vida.
Ahora, repasamos el caso de los gatos. En este caso, es recomendable castrar a los que son machos después de los 7 meses de edad, evitando de ese modo problemas de salud o de crecimiento.
En estos felinos, las ventajas de la castración son múltiples:
-Baja la agresividad competitiva entre machos evitando serias lesiones por las peleas y problemas de comportamiento en cuanto a la dominancia se refiere.
-Evita enfermedades de transmisión sexual, por contacto o por peleas: como el sida felino o la leucemia felina.
A través de la castración, se pueden evitar sendas afecciones, que muchas veces se contagian por heridas o mordidas ocasionadas por las peleas de gatos. Otros beneficios de esta práctica son los siguientes:
-Reduce las probabilidades de extravío y pérdida al disminuir la voluntad de vagabundear.
-Evita el marcaje urinario del macho, tan molesto para la convivencia.
-Elimina el incordioso celo de las hembras felinas.
-Evita otras enfermedades en las hembras como los tumores mamarios.
Fuente: Infobae