La Selección Dominicana de Béisbol está obligada a presentar su mejor versión en contra de un rival que nunca ha enfrentado o de lo contrario encara una posible e inesperada eliminación.
Para República Dominicana no existe el mañana. Luego de dos dolorosas derrotas en que su selección de béisbol fue derrotada en la novena entrada, primero en el partido inaugural contra Japón y luego en el encuentro frente a Corea del Sur, a pesar de dominar a dos de las ofensivas más productivas del torneo, se ha colocado en una peligrosa situación que podría costarle su permanencia en Tokio 2020.
La preocupación aumenta cuando se recuerda que Israel, ubicada en el puesto número 24 del ranking de la Confederación Mundial de Béisbol y Softbol (WBSC por sus siglas en inglés), derrotó y eliminó a México, país que se encuentra ubicado en el quinto lugar de dicho ranking, mientras que República Dominicana ocupa la séptima posición.
La selección dominicana cuenta con el mejor desempeño del béisbol olímpico en esta edición del certamen, en términos generales, pero uno de sus principales problemas ha sido el momento en el que han tolerado carreras. Una efectividad (ERA) como conjunto de 2.77 así lo demuestra, pero cuando vemos los números de los dos jugadores que han cerrado partidos (Jairo Asencio y Luis Felipe Castillo), la historia es completamente distinta.
El segundo gran problema dominicano es que tiene la peor ofensiva del torneo olímpico. En 95 turnos oficiales, el equipo apenas ha bateado para un anémico promedio de .211 y solo ha anotado siete veces en tres partidos disputados. Una realidad muy distinta a lo visto durante el torneo preolímpico de Las Américas y el repechaje olímpico.
Ante esta realidad, el dirigente Héctor Borg decidió realizar varios movimientos en su alineación, reincorporando a Johan Mieses y a Gustavo Núñez, mientras que en la receptoría debutará Roldani Baldwin, saliendo de la misma José Bautista (sin hits hasta el momento) y Yefri Pérez, tratando de buscar alguna reacción ofensiva.
Con respecto al dirigente, es cierto aquel adagio dominicano que indica que “desde las gradas nadie se equivoca”, por lo que cuestionar las decisiones del mánager resulta difícil cuando no se tiene a mano el plan de juego. Independientemente de ello, Borg tendrá que salir con su versión más agresiva y exigir esa misma agresividad a cada uno de sus jugadores y entrenadores si espera salir “con vida” del encuentro para volver a jugar en Tokio 2020.
República Dominicana no tiene espacio para cometer un solo error más y menos frente a un rival peligroso como es Israel, de eso depende la permanencia de la selección en los Juegos Olímpicos.
Fuente: Espn Digital
