Es importante recordar que en la Última Cena, Jesús sabía que sería traicionado y entregado a las autoridades para ser crucificado. A pesar de esto, decidió compartir este momento con sus discípulos y les dejó un mandamiento nuevo: «que se amen los unos a los otros como yo los he amado» (Juan 13:34).
El lavatorio de pies también es un gesto simbólico de humildad y servicio, donde Jesús lavó los pies de sus discípulos para mostrarles que debían servir a los demás con amor y humildad.
En este día, los cristianos también tienen la oportunidad de participar en la Eucaristía, donde se recuerda el sacrificio de Jesús en la cruz por nuestra salvación. Es un momento de agradecimiento y reflexión sobre el amor incondicional de Dios hacia nosotros.
La procesión del Silencio es otra forma de conmemorar este día, donde se recorre las calles en silencio recordando el arresto y juicio de Jesús. Es una oportunidad para reflexionar sobre la injusticia y el sufrimiento que Jesús experimentó por nosotros.
El Jueves Santo es un día para reflexionar sobre el amor y la entrega de Jesús hacia nosotros, renovar nuestro compromiso de servicio hacia los demás y agradecer por el sacrificio que hizo por nuestra salvación.
Fuente: Agencias
