La República Dominicana vive una verdadera crisis vial. Día tras día, los accidentes de tránsito se multiplican, cobrando vidas humanas, dejando heridos y sembrando luto en cientos de familias.
Las estadísticas son estremecedoras: en lo que va de 2025, se han registrado más de 200 accidentes diarios, según datos del Instituto Nacional de Tránsito y Transporte Terrestre (INTRANT). Una cifra que, más allá de ser un número, representa un drama humano repetido más de ocho veces por hora.
Las motocicletas encabezan los incidentes, involucrándose en más del 60% de los casos. Conductores entrevistados coinciden en señalar las causas principales: imprudencia al volante, violaciones constantes a las normas, y el deplorable estado de muchos vehículos, especialmente en zonas urbanas y rurales.
Recientemente, varios hechos han sacudido a la opinión pública. En la autopista 6 de Noviembre, un camión provocó un trágico accidente donde al menos cinco personas perdieron la vida y varias más resultaron heridas. Otros siniestros se han registrado en Bonao y Yaguate, donde una colisión múltiple involucró tres vehículos.
Ante este panorama, los ciudadanos exigen con urgencia acciones firmes del Estado, incluyendo mayor fiscalización y campañas educativas. Sin embargo, también reconocen que la solución no solo depende de las autoridades: la conciencia colectiva y la responsabilidad al conducir son claves para revertir esta ola de tragedias que parece no detenerse.
