A menudo, cuando hablamos de amor, romantizamos el término y asociamos a las relaciones afectivas con el sacrificio y la entrega total. Pensar obsesivamente en la persona amada, simbiotizarse y tener miedo a perder al otro son algunas de las señales de alarma.
Incluso, algunas de las frases que pueden llegar a escuchar en estas situaciones son: “Lo eres todo para mí”, “Tengo miedo de que te canses de mí”, “Sin ti me muero”. Es por eso que los expertos advierten la importancia de alcanzar una liberación afectiva para un nuevo comienzo, ya que cuando nos enamoramos se pueden construir vínculos saludables sin caer en el apego o la dependencia emocional.
Lo cierto es que la independencia dentro de las relaciones, lejos de señalar un déficit de amor, indica una madurez emocional que beneficia a todas las partes involucradas. El respeto, la comunicación, la independencia individual, la confianza y el apoyo mutuo pueden ser algunas claves.
Primero, nos enamoramos
Si de relaciones afectivas hablamos, primero hay que tener en claro cuál es la etapa que atraviesa nuestro vínculo. Este punto es fundamental, ya que hay ciertos comportamientos y predisposiciones a las que tengamos que prestar mayor atención o no.
Según señala el psiquiatra, psicoanalista, escritor y académico José Abadi a Infobae: “El enamoramiento es un momento de extremos, de idealizaciones, de exclusividad, donde se entrega el todo de cada uno en la idealización del otro, nos deja vacíos. Distinto es el amor”.
“Al principio, el amor es obsesivo”, apunta la escritora y psicóloga Celia Antonini y agrega que“en la primera etapa del amor, la del romántico, estamos totalmente alienados y obsesionados”. “Hay, incluso, una cuestión química: el cerebro se inunda de dopamina y de placer cuando uno está con el otro y ahí sí hay exceso de todo, provocado por este periodo, que es transitorio de ese amor romántico, tan intenso y ardiente”, afirma.
¿Qué pasa entonces cuando se termina el momento del enamoramiento? Abadi y Antonini coinciden en que el enamoramiento va cayendo naturalmente y la etapa (y los sentimientos) van transformándose. “El amor viene después del enamoramiento, y es cuando esa relación dual se convierte en la pareja dentro del mundo donde aparecen los terceros”, dice Abadi; mientras que Antonini sostiene que “después de ese primer momento de amor romántico, uno debería volver a querer estar con sus amigos, con su familia”.
Según explica Paulina Uribe Morfín, subdirectora de Transversalización de Políticas Universitarias de la CIGU, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en la gaceta de UNAM, “la importancia de construir relaciones sanas radica en que es necesario recuperar espacios de respeto, ayuda mutua y reconocimiento”. Es que, en palabras de los expertos, no hay fórmulas mágicas para formar relaciones sanas, pero un buen punto de partida es comprender desde dónde construyen su idea de amor.
El sacrificio no es amor
Para Antonini, el amor no implica un sacrificio y señala que “el apego deja de ser saludable cuando empieza la necesidad de controlar al otro: dónde va, dónde está, no dejarlo solo”. Y agrega: “El exceso, en términos de salud mental, deja de ser salud mental. Lo saludable siempre es el equilibrio. No hay salud mental en el exceso”.
Para Walter Riso, doctor en Psicología, especialista en Terapia Cognitiva y magíster en Bioética y autor de numerosos libros, entre los que se encuentran Los límites del amor, ¿Amar o depender? Y, Enamorados o esclavizados, es posible crear un esquema mental saludable que se contrapone a los amores obsesivos, alienados, temerosos y opresivos.
Riso sostiene que un amor saludable y sin apego se construye derribando cuatro creencias “absurdas” sobre el amor, que suelen aplastar y limitar el crecimiento personal. ¿Cuáles? Que el amor significa obsesión, que hay que renunciar a la propia identidad, que se debe sentir miedo a la pérdida de la pareja y que debemos esclavizarnos. “Amor y libertar no son incompatibles”, dice.
La obsesión, el apego, el miedo a la pérdida y dejar de ser nosotros mismos son algunas señales de amor esclavizante (Imagen ilustrativa Infobae)
¿Cómo hacerlo? Recurriendo a una pasión armoniosa, un equilibrio entre la razón y el corazón; amar a partir de lo que somos, sin dejar de ser uno mismo por el otro. En el amor, sostiene, no hay certezas, por lo que el sentimiento está lleno de valentía, de riesgo, de incertidumbre, es decir, “amar liviano de equipaje”. El autor también advierte que la pareja no tiene que subsanar una falta, más bien acompañarse sin asfixiarse.
Cinco claves para un amor saludable
1. Comunicación efectiva. La transparencia y la honestidad son indispensables. Expresar claramente sentimientos, expectativas y preocupaciones previene malentendidos y promueve la comprensión mutua. “Cuando piensan en el otro, amablemente y cariñosamente. Los amores saludables reparan, piden perdón, y tratan de no volver a hacerlo”, apunta Antonini y agrega que este punto es crucial para proteger a la relación por sobre las diferencias.
Una investigación del Proyecto Nacional de Matrimonio de la Universidad de Virginia estudió el papel de la generosidad en los matrimonios de 2.870 hombres y mujeres. La generosidad se definió como “la virtud de dar cosas buenas al cónyuge de forma gratuita y abundante”.
2. Respeto mutuo. Valorar al otro tal como es, sin intentar cambiarlo, es fundamental para una relación saludable. El respeto incluye también la aceptación de sus límites, sus necesidades y su espacio personal. “Es clave el proyecto en común, e igual de importante es que cada uno tenga su espacio propio y respete el espacio del otro, aceptando su individualidad”, sostiene la psicóloga argentina, especialista en dependencia emocional e influencer, Paola Bertiz Broll en su libro Que sea mutuo o no sea nada. Arma una pareja sana y feliz.
Por su parte, Abadi considera que hay que“desprenderse de los aspectos narcisistas que nos impiden reconocer al otro y pretender que el otro sea solamente lo que yo necesito o quiero”.
3. Independencia individual. Mantener una identidad propia dentro de la relación es clave. Alentar a que cada persona tenga su tiempo, espacio y actividades independientes, fortalece el vínculo afectivo. “El amor es aceptar al otro y, justamente, la riqueza del amor es que se trata de un otro. Porque somos distintos, nos deseamos y porque nos deseamos, podemos querernos y porque, como nos queremos, podemos construir una relación de amor”, dice Abadi.
4. Construir confianza. La confianza se cultiva con honestidad y coherencia en los actos. Es la base sobre la que se edifica la seguridad emocional dentro de la pareja, permitiendo un amor libre de temores y sospechas.
Según explicó en una nota anterior la psicóloga Adriana Guraieb, la confianza es un pilar esencial, tanto en una relación como individualmente. “Es el termómetro de la implicación y la vinculación que tenemos con los demás y, si en algún momento hay una mentira y la confianza está consolidada, entonces la persona sabrá y podrá esperar, preguntar, entender y, si hiciera falta, perdonar. Es necesario atreverse a dar, darse y otorgarse una segunda oportunidad, antes que criticar herir o cortar una relación, desde luego todo con un límite de respeto y dignidad con el otro”, dijo.
5. Apoyo mutuo. Estar presente en los momentos difíciles y celebrar juntos los logros fortalece la relación. El apoyo mutuo en los proyectos personales y los desafíos de la vida es un pilar de un amor saludable. “Cuando uno trabaja en equipo, siente que el otro es parte de su equipo. Eso hace un amor saludable”, sostiene Antonini.
“Es indispensable tener claro que el amor se lo trabaja, se lo elabora. Es un esfuerzo todos los días. El amor es tener en cuenta al otro y ser tenido en cuenta permanentemente, en el sentido de a lo largo del tiempo”, concluye Abadi.
Fuente: Infobae