La sostenibilidad es la gran apuesta de República Dominicana en un sector clave para su economía como es el turismo, tal como quedó patente en el Dominican Annual Tourism Exchange (DATE, por sus siglas en inglés), considerada la principal feria turística del Caribe celebrada esta semana en Punta Cana.
Un turismo sostenible que, como explicó en una entrevista a EFE el presidente de la Asociación de Hoteles y Turismo de República Dominicana (Asonahores), David Llibre, no se refiere solo al medioambiente sino también tiene una parte social y cultural.
Llibre abogó por “un turismo más inclusivo a nivel cultural, socioeconómico, social, teniendo un impacto en la comunidad” y por que el viajero tenga experiencias más allá del hotel, pues “ya es cosa del pasado el pensar que el visitante que viene a República Dominicana va a quedarse enclaustrado dentro de las cuatro paredes de un hotel por siete días”.
Manifestó el compromiso del sector con el ecosistema y con el desarrollo social, como demuestran los acuerdos firmados por Asonahores durante el DATE: con la Agencia estadounidense para el Desarrollo Internacional (USAID) para la prevención y detección de la trata de personas en las zonas turísticas, con el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) para la defensa y el cuidado de los menores o con la Central de Desarrollo Integral para la Mujer (CEDI) a favor de la inserción laboral de mujeres víctimas de la violencia en situación de vulnerabilidad.
La protección del medioambiente, como rama fundamental del turismo sostenible, tuvo una importante presencia en esta vigésimo cuarta edición de la feria y, así, los hoteles de Santo Domingo rubricaron con Coca Cola y su socio embotellador Bepensa Dominicana un compromiso para reducir el uso del plástico y apostar por su reciclaje.
Una naturaleza por la que está especialmente preocupada la Fundación Bávaro Reefs, que trabaja en la regeneración de los arrecifes de coral de la zona ante la galopante degradación que sufren por factores como la pesca indiscriminada, el cambio climático, la contaminación o el tráfico de barcos de alta velocidad.
“Bajo el agua tenemos un paraíso que está desapareciendo”, alertó.
Esta fundación también dio la voz de alarma por la pérdida de tortugas marinas o la desaparición de manglares y destacó la importancia de que todos los sectores (empresas, hoteles, autoridades, medios, ciencia) trabajen juntos para evitar la pérdida de biodiversidad.
Por su parte, el grupo hotelero Piñero entregó los premios a ‘Los +Ecoístas República Dominicana’ a entidades como Banco Popular Dominicano, BID Invest, Jardín Botánico Nacional o la Agencia de cooperación alemana de Desarrollo GIZ por sus acciones a favor de la educación medioambiental, la conservación de los recursos naturales y el manejo de residuos.
Otra rama del turismo sostenible es la cultura, un “eje fundamental”, como dijo a EFE la ministra dominicana de Cultura, Milagros Germán, por lo que su cartera y la de Turismo trabajan conjuntamente en proyectos específicos para que el visitante conozca la riqueza dominicana, de sus monumentos a su historia pasando por su gastronomía o su artesanía.
Este año el DATE volvió a apostar por la diversificación del turismo más allá del de playa, con espacios para el cultural, el deportivo (sobre todo de golf, pero también de deportes de viento y olas como el kitesurf o el windusrf), el sanitario (en especial oftalmología, ortodoncia o estética), el de aventura, el de bienestar o el inmobiliario.
El turismo representa para República Dominicana un 19 % del Producto Interior Bruto (PIB), emplea casi a 200.000 personas de forma directa e impacta de manera indirecta e inducida a 750.000, según Llibre.
Un 40 % de los turistas procede de Estados Unidos, un 20 % de Canadá y el tercer y cuatro puesto se los disputan Colombia y Argentina, mientras que Europa ha ido bajando en cantidad de visitantes por cuestiones de inflación y transporte aéreo, un descenso que ha podido compensarse con América.
Fuente: EFE