Punta Cana.– La creciente incidencia de jóvenes dominicanos que quedan parapléjicos como consecuencia de accidentes de tránsito está generando una crisis silenciosa en el sistema de salud nacional. Así lo advirtió el doctor Roberto Franklin Abreu, neurocirujano y expresidente de la Sociedad Dominicana de Cirugía de Columna, durante el 9.º Congreso de esa entidad científica celebrado recientemente en Punta Cana.
“El 30% de los pacientes politraumatizados por accidentes de tránsito presenta traumatismo raquimedular, lo cual conlleva a un déficit neurológico permanente”, explicó el Dr. Abreu, señalando que la mayoría de los afectados son jóvenes entre los 18 y 40 años.
El especialista reveló que en el Hospital Traumatológico y Quirúrgico Prof. Juan Bosch, ubicado en La Vega, se reciben semanalmente entre uno y dos jóvenes de entre 18 y 30 años con lesiones de columna que requieren abordajes quirúrgicos complejos.
Carreras clandestinas en motocicletas, una causa recurrente
Aunque existen múltiples causas de traumas raquimedulares —como caídas de estructuras o accidentes laborales—, el Dr. Abreu indicó que en República Dominicana un alto porcentaje de estos casos está vinculado directamente a los accidentes de tránsito en motocicletas, muchas veces provocados por competencias ilegales.
“Es increíble la cantidad de carreras clandestinas que realizan motoristas en la Autopista Duarte, especialmente en los tramos Bonao-La Vega y La Vega-Santiago. Ponen su vida en riesgo y, en muchos casos, terminan con daños irreversibles”, lamentó.
Alto costo económico y humano
Además del impacto físico y emocional, el especialista destacó el elevado costo económico que representa este tipo de pacientes para el sistema de salud pública.
“El manejo de un paciente parapléjico, incluyendo cirugía, instrumentación de columna y cuidados intensivos, ronda entre un millón y millón y medio de pesos”, indicó Abreu.
Lesiones irreversibles y abandono social
El neurocirujano recordó que, hasta la fecha, las lesiones medulares son mayormente irreversibles. “Toda la tecnología y la cirugía están orientadas a estabilizar la columna, pero el daño neurológico ya existente no se recupera. Como decía Hipócrates: ‘La lesión de médula espinal es un mal que no se puede curar’”.
Tras la cirugía, el paciente enfrenta un largo proceso de adaptación y reintegración que requiere apoyo psicológico, familiar y social. Sin embargo, el Dr. Abreu denunció que muchos de estos jóvenes terminan siendo “olvidados” por el sistema médico y la sociedad.
“Debemos enviar el mensaje claro de que hay vida después de la paraplejia. Algunos pueden seguir estudiando o trabajar, pero para ello se requiere que las instituciones públicas y privadas adapten sus espacios y promuevan una verdadera inclusión”, señaló.
Importancia de la atención oportuna
El Dr. Abreu también hizo hincapié en la necesidad de una respuesta rápida y técnica en el lugar del accidente para evitar que las lesiones se agraven.
“Entre el 40% y el 70% de las lesiones medulares se complican más por una mala asistencia inicial. Por eso, valoramos el rol del 9-1-1, que ha mejorado significativamente la atención prehospitalaria”, expresó.
Además, recordó que cualquier ciudadano puede salvar una vida si actúa con precaución. “Las causas más comunes de muerte tras un accidente son la obstrucción de la vía aérea y la pérdida masiva de sangre. Despejar la boca y detener hemorragias con apósitos puede marcar la diferencia”, enfatizó.
Llamado a las autoridades y a las familias
Para concluir, el especialista hizo un llamado urgente a las autoridades dominicanas para reforzar el control de las competencias ilegales de motocicletas, así como a las familias para que presten mayor atención a la conducta vial de sus hijos.
“Una lesión de columna cambia la vida para siempre. Por eso, prevenir estos accidentes debe ser una prioridad nacional”, sentenció.
