La reputación de Industrias San Miguel (ISM) se ve comprometida después de que un cargamento de cocaína líquida fuera incautado en el Puerto de Caucedo, utilizando botellas de sus productos como fachada. Aunque la empresa se ha apresurado a emitir un comunicado para deslindarse de la situación, el incidente pone en tela de juicio la seguridad de su cadena de distribución.
La Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD) confirmó la incautación de 137.28 kilogramos de cocaína líquida escondidos en 623 botellas de un cargamento de más de 46,000 unidades de jugos y refrescos. El hecho levanta serias preguntas sobre cómo una empresa «exportadora independiente» pudo acceder a tal cantidad de producto a granel y manipularlo con fines ilícitos sin que ISM tuviera conocimiento.
La empresa insiste en que la mercancía fue manejada fuera de sus instalaciones, pero este tipo de operaciones ilícitas a menudo insinúan puntos ciegos o vulnerabilidades que pueden ser explotadas por el crimen organizado. Mientras la DNCD continúa su investigación, el incidente plantea un desafío de imagen significativo para una de las marcas más reconocidas del país, obligándola a demostrar que sus sistemas de control son robustos y que no hay complicidad en sus operaciones. La promesa de emprender acciones legales por el uso indebido de sus productos es un primer paso, pero la opinión pública estará atenta a los resultados de la investigación para conocer el verdadero alcance de lo sucedido.
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