Pixar estrenó este 19 de junio su última joya animada, «Elio», una producción que entrelaza la ciencia ficción, la infancia y la búsqueda de identidad. Este film llega a las pantallas respaldado por el aclamado equipo creativo detrás de éxitos como «Coco» e «Intensamente», prometiendo sumergir a la audiencia en universos originales y emocionalmente profundos.
La trama nos introduce a Elio, un niño que vive solitario con su tía en una base de la Fuerza Aérea y cuya fascinación por el espacio y las civilizaciones alienígenas es inmensa. Un giro inesperado lo lleva a ser abducido por una organización intergaláctica, donde, por error, es confundido con el embajador de la Tierra. Esta situación lo fuerza a adaptarse a un entorno alienígena desconocido, mientras descubre su propia voz, comprende su verdadera esencia y aprende a representar a su planeta sin sacrificar su autenticidad.
El equipo detrás de la película está compuesto por realizadores clave de dos de los mayores éxitos recientes de Pixar, una conexión creativa garantiza una narrativa visual rica, una sensibilidad multicultural y un enfoque profundo en la construcción de personajes. En palabras del estudio, Elio “combina humor, aventura y emociones auténticas, en una historia sobre lo que significa pertenecer”.
La película también pone en el centro temas como la soledad, la adaptación y la construcción de identidad en la niñez, todo enmarcado en un relato de ciencia ficción para el público familiar. Con esta apuesta, Pixar retoma su interés por narrativas que combinan lo íntimo con lo fantástico, como ya lo hizo en Intensamente, donde las emociones eran protagonistas, y en Coco, que exploró la tradición del Día de Muertos desde la mirada de un niño músico.
El estreno de Elio coincide con un momento de renovación para Pixar, que busca reconectar con su audiencia luego de años marcados por lanzamientos en plataformas digitales y desafíos pospandemia. Así que con esta cinta, el estudio regresa con fuerza al cine, apostando por historias originales que combinan profundidad emocional, riesgo creativo y una identidad visual potente.
Fuente Externa
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