BÁVARO–VERÓN–PUNTA CANA. La región vive un boom comercial típico de diciembre, pero esta vez viene con un “detalle” que tiene a mucha gente con el ceño fruncido (y el guía del carro temblando): la apertura casi en cadena de varios supermercados en días clave de la temporada navideña, justo cuando el tráfico ya está al límite.
Entre las aperturas más comentadas figura Bravo Punta Cana, cuya inauguración está anunciada para este sábado 13 de diciembre.
A esto se suma el esperado Sirena Market en Vista Cana, con fecha reportada para mediados de diciembre (16) según distintas publicaciones. Y, como si faltara “la cereza” del tapón: Merca Jumbo también prepara su llegada con una nueva sucursal, y se ha informado que la primera en abrir será en Los Manantiales en los próximos días.
El punto crítico: Cruce de Coco Loco – Jumbo – San Juan Shopping Center
La preocupación ciudadana no es por la competencia (que, en teoría, baja precios y mejora servicios), sino por el caos vehicular que puede intensificarse en el tramo donde ya hoy se forman largas filas: el cruce de Coco Loco y su entorno, un punto estratégico rodeado de plazas, paradas y alto flujo diario.
Conductores consultados describen la zona como un “embudo” que se colapsa con facilidad, especialmente cuando coinciden:
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horarios de salida/entrada laboral,
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compras navideñas,
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flujo turístico,
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y accesos con giros conflictivos y paradas improvisadas.
En redes y publicaciones locales ya se ha denunciado el tapón recurrente en ese cruce y el área próxima a Jumbo/Downtown/San Juan.
¿Por qué estas aperturas pueden empeorar el tráfico?
Porque diciembre no perdona. En términos simples: más tiendas grandes = más carros entrando y saliendo, más giros a la izquierda, más cruces, más parqueos llenos, más “déjame montarme aquí mismito”. Y eso ocurre en una zona donde ya la infraestructura va detrás del crecimiento.
Además, las aperturas suelen traer:
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promociones fuertes,
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curiosidad masiva los primeros días,
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y alto movimiento familiar (compras + ocio en plazas cercanas).
Resultado probable: tapones más largos, más bocinazos, más estrés… y más riesgo de accidentes menores por imprudencias y desesperación.
Posibles soluciones (sin inventar la rueda… solo ponerla a girar)
Aquí no hace falta magia: hace falta gestión, presencia y orden. Algunas medidas realistas que podrían aplicarse desde ya:
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Plan especial de tránsito para aperturas (13–16 de diciembre)
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Agentes de DIGESETT en puntos de conflicto (Coco Loco, accesos a plazas, entradas/salidas de parqueos).
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Control estricto de giros indebidos y parqueos en vía.
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Sincronización y revisión de semáforos y accesos
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Ajustar tiempos semafóricos y habilitar “ventanas” de desahogo según horas pico.
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Señalización clara de carriles de giro y carriles de paso.
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Rutas de entrada y salida diferenciadas (cuando sea posible)
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Que los comercios coordinen accesos temporales: una entrada para entrar, otra para salir, con personal guiando.
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Prohibición temporal de paradas informales en puntos calientes
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Paradas improvisadas en entradas de plazas = tapón garantizado.
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Reubicar paradas o establecer bahías temporales.
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Horarios escalonados y campañas de “compra inteligente”
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Promover compras temprano o tarde, y compras digitales/pick-up donde exista.
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Si el comercio quiere vender más, le conviene que el cliente llegue… no que se rinda en el tapón.
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Llamado directo a las autoridades
La población pide que no se espere a que el caos explote para actuar. El llamado es a:
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INTRANT, por planificación y medidas de gestión vial,
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DIGESETT, por control operativo y seguridad,
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MOPC y autoridades locales, por mejoras puntuales y señalización,
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y al Distrito Municipal Verón–Punta Cana / Ayuntamiento, para coordinar soluciones en terreno.
Bávaro–Verón–Punta Cana crece, y eso es bueno. Pero si el crecimiento llega sin orden, el resultado es el mismo de siempre: progreso por dentro y tapón por fuera. Diciembre es una prueba de fuego… ojalá no sea una prueba de paciencia eterna.
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