ARIZONA.– La ceremonia en memoria de Charlie Kirk, realizada este domingo en el State Farm Stadium, estuvo marcada por estrictas medidas de seguridad. Entre ellas, destacó el vidrio balístico instalado alrededor del podio desde el cual intervinieron los principales oradores, entre ellos el expresidente Donald Trump y el vicepresidente J. D. Vance.
La presencia de esta barrera protectora refleja los protocolos que hoy se consideran indispensables en eventos masivos y al aire libre donde participa el presidente, sobre todo después del atentado fallido contra Trump ocurrido el año pasado en Butler, Pensilvania.
Durante su discurso, Trump fue uno de los pocos en referirse de manera directa al presunto responsable de la muerte de Kirk, a quien calificó como un “monstruo radicalizado y de sangre fría”. Sus palabras llegaron poco después de que Erika Kirk, viuda del activista, declarara desde el mismo podio que lo perdonaba.
El exmandatario afirmó que Kirk fue asesinado por “decir la verdad que llevaba en su corazón” y lo describió como un hombre que defendía “la libertad, la justicia, a Dios, a la patria, la razón y el sentido común”.





