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Sagüeyes y Lagunas: El Tesoro Natural Que Sostiene a Punta Cana

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Un tesoro de agua dulce que sostiene al destino turístico líder del Caribe

Por: Ángel Fernández / Especial para Bávaro Digital

Cuando se habla de Punta Cana, la conversación casi siempre se queda en la postal: hoteles, playas infinitas y sol. Sin embargo, bajo esa superficie de arena blanca existe otro mundo, silencioso y decisivo para la vida: una red de cenotes, lagunas y humedales que forman uno de los sistemas de agua dulce más importantes de la República Dominicana.

Esta franja kárstica de roca caliza perforada por cuevas y cavernas— se extiende desde Macao hasta la desembocadura del río Chavón, en el Parque Nacional Cotubanamá, albergando decenas de cenotes y lagunas, muchos de ellos aún poco conocidos incluso por la población local.

De los “sagüeyes” taínos al turismo del siglo XXI

Mucho antes de que existieran resorts y vuelos chárter, nuestros taínos ya entendían el valor de estos cuerpos de agua. Los llamaban “sagüey” o “jagüey”, términos que significan “tierra llena de agua”. Cronistas como Fray Bartolomé de las Casas recogieron estas referencias en su Historia de las Indias, al relatar la conquista de Higüey.

Estos sagüeyes no eran simples charcos: eran lugares sagrados, fuentes de agua dulce, espacios rituales y estratégicos para la supervivencia de las comunidades indígenas. Hoy, siglos después, vuelven a ocupar un rol central, pero ahora como atractivos ecoturísticos y como piezas clave para la seguridad hídrica de toda la región Este.

Un corredor de agua dulce en pleno destino turístico

La zona de Bávaro–Verón–Punta Cana se asienta sobre una plataforma caliza agujereada por el tiempo y el agua. La lluvia se filtra por la roca, circula bajo tierra y reaparece en forma de lagunas, cenotes y manantiales, creando un sistema hídrico interconectado que:

  • Alimenta acuíferos de agua dulce que abastecen a comunidades y proyectos turísticos.

  • Mantiene humedales y manglares que actúan como barrera natural frente a intrusión salina y erosión costera.

  • Sostiene una alta biodiversidad de aves, peces, reptiles, anfibios y flora nativa y endémica.

Al mismo tiempo, esa red de agua dulce se ha convertido en una oferta complementaria de turismo que crece cada año: excursiones de naturaleza, senderismo, baños en cenotes, observación de aves y visitas guiadas a reservas ecológicas, donde miles de visitantes  dominicanos y extranjeros  descubren que el Este es mucho más que “playa y todo incluido”.

Las principales lagunas de Bávaro–Verón–Punta Cana

Laguna Bávaro: corazón ecológico de Cabeza de Toro

Ubicada en Cabeza de Toro, a pocos minutos de importantes hoteles y resorts, la Laguna Bávaro es mucho más que un paisaje bonito: es un refugio de vida silvestre legalmente protegido dentro del Sistema Nacional de Áreas Protegidas.

Rodeada de manglares y humedales, la laguna y su entorno albergan:

  • Más de 220 especies de plantas nativas y endémicas, incluyendo cuatro especies de manglar.

  • Al menos 86 especies de aves, entre ellas garzas, patos migratorios y varias especies endémicas.

  • Reptiles, anfibios y peces de agua dulce, entre los que destaca una joya única: el Cyprinodon higuey, un pequeño pez endémico que solo existe en esta laguna en todo el planeta.

Este pez, de apenas unos centímetros, de tonos dorados y movimientos rápidos, es una especie bandera: si se pierde la laguna, se pierde también la especie.

La importancia de la Laguna Bávaro va más allá de la biodiversidad. Estudios ambientales la señalan como un “freno natural” a la cuña salina, es decir, una barrera que evita que el agua del mar penetre en los acuíferos de agua dulce que abastecen a hoteles, barrios y comunidades de la zona.

Hoy, en la laguna se realizan actividades de ecoturismo controlado como kayak, senderismo interpretativo y observación de aves, que permiten disfrutar del paisaje sin perder de vista la conservación.

Laguna Bavaro

Laguna Mala Punta: la hermana silenciosa de Bávaro

En la zona de Cabo Engaño, a corta distancia del Aeropuerto Internacional de Punta Cana, se encuentra la Laguna Mala Punta, un cuerpo de agua rodeado de matorrales costeros, marismas y manglares.

Aunque menos conocida que Laguna Bávaro, ambas están unidas por una franja de humedales que se extiende hacia la zona de Macao, formando un sistema lagunar continuo de varios kilómetros.

Dependiendo de la época del año y del régimen de lluvias, Mala Punta varía de nivel, llegando a inundarse completamente y convirtiéndose en un gran espejo de agua que acoge numerosas aves acuáticas, muchas de ellas migratorias que usan el Este de la isla como punto de descanso en sus rutas por el Caribe.

Este vínculo ecológico entre Bávaro y Mala Punta es clave: lo que se haga en materia de rellenos, drenajes o contaminación en un punto del sistema termina afectando al conjunto.

Los “jagüeyes o sagüeyes” (cenotes) de Punta Cana

Además de lagunas abiertas, la región cuenta con una red de cenotes —cavidades y cuevas llenas de agua dulce— que se han convertido en verdaderos íconos turísticos y científicos. Se formaron por la disolución de la roca caliza y el colapso de techos de cavernas, dejando estos “pozos” de agua cristalina conectados al gran acuífero subterráneo.

Cenote Hoyo Azul: la piscina azul más famosa del Este

Situado dentro de Scape Park, en Cap Cana, el Hoyo Azul es probablemente el cenote más conocido del país. Rodeado de un bosque tropical, se encuentra al pie de un acantilado de piedra caliza de unos 75 metros de altura y posee alrededor de 14 metros de profundidad de agua dulce de un azul intenso.

Para llegar, el visitante recorre un sendero ecológico que atraviesa bosques, formaciones rocosas, flora nativa e incluso jardines de orquídeas, antes de descender por escaleras de madera hasta una enorme cavidad donde la luz se mezcla con el agua, creando uno de los escenarios más impactantes de toda la región Este.

El baño en Hoyo Azul no es solo una foto bonita para redes sociales; es una experiencia que conecta al visitante con el sistema de manantiales naturales que sostiene al territorio.

Cenote Hoyo Azul en Cap Cana

Reserva Ecológica Ojos Indígenas: 12 lagunas de agua dulce en 1,500 acres

En tierras de la Fundación Grupo Puntacana se encuentra la Reserva Ecológica Ojos Indígenas, un área privada protegida de más de 1,500 acres (alrededor de 600 hectáreas) de bosque subtropical. Allí se concentran 12 ojos de agua dulce, formados por manantiales que emergen a la superficie en pequeñas lagunas de forma casi circular, a las que los taínos llamaban “ojos”.

La reserva funciona como:

  • Laboratorio vivo para investigación científica y educación ambiental.

  • Espacio de senderismo, observación de fauna, baños en lagunas seleccionadas y programas de interpretación de la naturaleza.

Es un ejemplo concreto de cómo el sector privado puede conservar, investigar y al mismo tiempo ofrecer turismo de naturaleza regulado, alineado con los estándares modernos de sostenibilidad.

Ojos Indigenas

Monumento Natural Hoyo Claro: selva, roca y agua

En las cercanías del Km 14 de la Autovía del Coral, hacia el sur, se encuentra el Hoyo Claro, un cenote declarado Monumento Natural dentro del Sistema Nacional de Áreas Protegidas.

Allí, el visitante se encontrará con:

  • Un bosque tropical semi húmedo, con árboles altos que generan sombras frescas.

  • Un cenote de aguas cristalinas azuladas, con profundidades que oscilan entre tres y más de diez metros, ideal para un baño tranquilo en un entorno más rústico y menos masificado que otros atractivos.

El acceso, al estar en terrenos privados y dentro de un área protegida, suele estar regulado por operadores autorizados, lo que permite controlar el flujo de visitantes y minimizar impactos.

Foto Cortesia AQUAMANRD

Cenote Las Ondas y otros jagüeyes de Scape Park

Dentro de Scape Park también se encuentra el Cenote Las Ondas, una cueva subterránea con poca entrada de luz natural, donde las aguas dulces parecen un spa natural escondido bajo la roca.

Un sendero ecológico conduce hasta una escalera de madera que baja a la cavidad. Las paredes exhiben pictografías taínas, recordando que estos espacios no solo tienen valor ecológico, sino también arqueológico y cultural, lo que aumenta la responsabilidad a la hora de manejarlos.

Hoyos del Salado (Hoyos de Molina): turismo masivo en un jagüey icónico

En la comunidad de La Ceiba “El Salado”, cerca del cruce de Macao, se ubican los conocidos Hoyos del Salado o “Hoyos de Molina”, un cenote de unos 50 metros de longitud y alrededor de 8 metros de profundidad, con aguas dulces, claras y una hermosa bóveda adornada por estalactitas y estalagmitas.

Este lugar recibe cientos de visitantes al día, en excursiones organizadas que lo han convertido en uno de los puntos de mayor flujo turístico de agua dulce en la zona. Esa realidad plantea un reto doble: mantener la actividad económica y, al mismo tiempo, garantizar control de carga, manejo adecuado de desechos, baños químicos y protección de la cueva para que no colapse por uso irresponsable.

Cenotes de Yucayeque: agua, historia y cultura rural

En el rancho “Domitai Park”, en la zona de Macao, existen varios cenotes de baja profundidad (alrededor de 4 pies), conectados al río Anamuya, que históricamente fueron fuente de agua para los antiguos habitantes del área.

Estos cuerpos de agua se encuentran en una zona de humedales ligada al antiguo asentamiento del Morro de Macao, donde se mezclan valor natural, memoria histórica y cultura campesina, ideal para proyectos de turismo rural comunitario de bajo impacto.

DOMITAI PARK

Lo que falta y lo que urge: conservación, orden y futuro

Tu artículo original ya mostraba bien la riqueza de lagunas y cenotes. Los datos que era clave complementar —y que ahora se integran— son:

  • Categoría de protección y marco legal de Laguna Bávaro, Hoyo Claro y Ojos Indígenas, para que el lector entienda que no son simples “charcos bonitos”, sino áreas protegidas formales.

  • Biodiversidad concreta: número aproximado de especies, tipo de vegetación, aves, peces endémicos como el Cyprinodon higuey.

  • Rol hidrológico y de seguridad hídrica: cómo estos humedales y lagunas frenan la intrusión salina y sostienen el acuífero que usa el propio turismo.

  • Interconexión entre Laguna Bávaro y Laguna Mala Punta a través de una franja de humedales hasta Macao.

  • Presiones y amenazas históricas y actuales: rellenos ilegales, proyectos turísticos mal planificados, descargas de aguas residuales, permisos de construcción sobre suelos saturados o inundables.

Todo eso permite pasar de un texto descriptivo a un reportaje de fondo, donde el lector entiende que estos sistemas de agua dulce:

  1. Son la base invisible del modelo turístico del Este.

  2. Están bajo presión por crecimiento urbano, falta de control y ausencia de planificación seria.

  3. Pueden convertirse en la gran marca de ecoturismo premium de Punta Cana, si se gestionan con límites claros, ciencia, educación y reglas que se cumplan.

Conclusión: el verdadero lujo es el agua dulce

Punta Cana puede seguir vendiéndose como destino de sol y playa. Pero el verdadero lujo  el que no se fabrica ni se repone en un día  está en sus lagunas, cenotes y humedales.

Proteger la Laguna Bávaro, la Laguna Mala Punta, el Hoyo Azul, Ojos Indígenas, Hoyo Claro y cada jagüey de la zona no es un capricho ambientalista: es defender el agua, la biodiversidad, las comunidades locales y el futuro del propio turismo.

Si este paraíso quiere seguir siéndolo, el mensaje es simple y duro a la vez:
sin sagüeyes, sin cenotes y sin lagunas sanas, no hay Punta Cana que aguante el tiempo.

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