Por: Iván Castro
La tecnología ha avanzado a pasos agigantados en las últimas décadas, y con ello, han evolucionado exponencialmente las posibilidades que tenemos a nuestro alcance los seres humanos ya que la tecnología nos ha permitido automatizar tareas, acceder a información de forma instantánea y continua al permitirnos conectarnos desde prácticamente cualquier lugar del mundo.
Sin embargo, al observar los cambios de conductas que cada nueva tecnología que ha surgido, ha traído a las sociedades humanas, cabe preguntarse hacia donde nos dirigimos como seres humanos?.
Por ejemplo, cuando todo era análogo, había que ir, en horarios de servicio, a las bibliotecas….pero la gente que estudiaba, tenía una gran cantidad de conocimiento general. Luego apareció el internet, poniendo a disposición, todo a un click de distancia, sin embargo el conocimiento general parece haber disminuido.
Otro buen ejemplo es que antes de los celulares inteligentes, eran muchas las personas que podían retener los números de teléfonos, documentos, y datos de todos sus relacionados; cosa que hoy día parece cada día más difícil.
Ahora nace la IA, lo que abre una gran incógnita: que pasara con el conocimiento critico del ser humano?
Este avance tecnológico plantea algunos riesgos, uno de los más importantes es el de la disminución del pensamiento crítico del ser humano, de suceder los mismos que con las anteriores tecnologías antes descritas.
El pensamiento crítico es la capacidad de analizar la información de forma objetiva, evaluar argumentos y llegar a conclusiones propias. Es una habilidad esencial para tomar decisiones informadas y participar de forma activa en la sociedad. Sin embargo, el uso de la tecnología puede hacer que nos volvamos más pasivos y dependientes de las opiniones de otros.
Por ejemplo, cuando utilizamos un motor de búsqueda para encontrar información, es fácil caer en la trampa de aceptar los resultados que aparecen sin cuestionarlos. De la misma forma, cuando seguimos a personas influyentes en las redes sociales, podemos dejarnos llevar por sus opiniones sin pensar por nosotros mismos.
La disminución del pensamiento crítico puede tener graves consecuencias. Por un lado, nos hace más vulnerables a la manipulación y el engaño. Por otro lado, nos impide participar de forma activa en la sociedad, ya que no somos capaces de formar nuestras propias opiniones.
Para evitar que el pensamiento crítico desaparezca o se minimice ante el desarrollo de nuevas tecnologías, es importante educar a las personas sobre la importancia de esta habilidad. También es necesario que las personas sean conscientes de los riesgos de la tecnología y que desarrollen estrategias para evitarlos.
Seria saludable para el futuro de la humanidad, que la educación básica incluyera, entre otras cosas:
Enseñar a las personas a evaluar la información de forma crítica, de manera que los seres humanos puedan identificar fuentes confiables, analizar el sesgo de la información y verificar los hechos que leen, escuchan o ven en los medios digitales.
Fomentar el pensamiento independiente para que las personas puedan aprender a formar sus propias opiniones, sin tomar como buenas y válidas opiniones de terceros, que no han sido comprobadas.
Desarrollar la capacidad de pensar de forma creativa para resolver problemas y encontrar nuevas soluciones.
La evolución de la tecnología es un proceso que no se puede evitar. Sin embargo, es de vital importancia que los seres humanos no permitamos que la tecnología domine la razón básica que nos distingue de las demás especies, el razonamiento.
