La venganza persigue un objetivo injurioso antes que reparador. Consisten en tratar de dañar deliberadamente el buen nombre de una persona o institución mediante el uso de frases.
En otro orden, la venganza también reposa en forzar a quien haya hecho algo malo en sufrir el mismo dolor que él infligió, o asegurarse de que esta persona o grupo no volverá a cometer dichos daños otra vez.
Por eso, la escritura nos enseña, que “mirar que ninguno devuelva a otro mal por mal, sino procurar siempre lo bueno los unos para con los otros, y para con todos” . 1 Tesalonicenses 5:16
La venganza resulta de un sentimiento que viene motivado por la ira o el enfado de quién se ha sentido humillado o dolido y quiere devolver el daño padecido de una forma consciente. Es por eso, que este fenómeno mal intencionado forma parte de las estrategias de satanás susurradas para estimular una emoción humana y aunque muchas veces sólo quede en forma de pensamiento.
Lastimosamente puede tomar parte en una situación de ataque, que hace que las personas actúen de manera inconsciente y su alma quede dañada posteriormente por la culpa. Sin embargo, escrito está donde en una situación parecida “no podemos devolver mal por mal, o insulto por insulto, sino más bien bendecir, porque fuimos diseñados con el propósito de heredar bendición”. Porque, necesitamos recompensar la maldad y el insulto con la bendición, siendo todo lo contario que pertenece al sistema del mundo. 1 Pedro 3:9
Porque, como en los tiempos del rey Sedequías, los príncipes y sacerdotes del rey de Judá declararon muerte para el profeta Jeremías a causa de las palabras que decía al pueblo, diciendo que: “El que se quede en esta ciudad morirá a espada, o de hambre, o de pestilencia; pero, el que se pase a los caldeos vivirá, pues su vida le será pagada por botín, y vivirá; pero, el rey será entregado en manos del Nabucodonosor rey de Babilonia”. Jeremías 37: 1 – 17; 38: 1 – 3
Para ese tiempo, el deseo de venganza de los líderes que gobernaban Judá era tan potencial, porque ellos no entendían, que su relación con Dios había mermado a causa de la arrogancia, la injusticia y la idolatría que florecieron por sus pecados. Sabiendo que, ese fenómeno desató un impulso irritante para atacar la vida de Jeremías, ya que, él traía la orden divina para corregir el pueblo de Jehová Dios.
Siendo así, esa profecía cumplida en manos del rey Nabucodonosor condujo a un pueblo devastado por la humillación y la falta de dirección correcta en manos de Sedequías rey de Judá, que tristemente al llegar a Ribla fueron degollados los hijos del rey en presencia del mismo, junto con todos los nobles del palacio de Judá y por la falta de visión que tenía Sedequías para dirigir al pueblo correctamente, el rey de Babilonia sacó sus ojos y de ese modo vivió como prisionero hasta su muerte. Jeremías 39: 1 – 7
Las consecuencias de la venganza, suelen ser fatales; para los meditan la agresión injusta que sacia alma con muchos males. Por eso, no se necesita pagar mal por mal, sino con el bien, y sacar todo lo vil que pueda residir en tu corazón, y evitar que te pueda repercutir.
