Por: Enrique Loaiza (@enrique.loa)
En principio, una de las principales causas de la traición es producida por el pecado que sobreabunda en el corazón de las personas.
En este caso, se habla de adorar el dinero, porque la raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe y fueron traspasados de muchos dolores.
1 Timoteo 6:10.
Este fenómeno actúa en alguien que hace el mal con un propósito: su propio beneficio. Y no tiene ningún escrúpulo por pisar a quien se interponga en su camino.
La traición, es considerada como una falta que quebranta la lealtad y fidelidad que se debería guardar hacia alguien o algo, donde este efecto carnal busca por sí mismo renegar, ya sea con una acción, un dicho, de un compromiso de lealtad.
Por tanto, en este apartado se describe la traición de Judas, que es un episodio bíblico relativo a la vida de Jesús que se cuenta en los tres Evangelios sinópticos (Mateo, Marcos y Lucas).
Narra cómo Judas Iscariote hizo un trato con los sumos sacerdotes judíos para traicionar a Jesús a causa de los deseos más fervientes de su corazón y a qué camino lo conllevó.
Pues, estando Jesús con sus discípulos después de haber hablado de las parábolas, les dijo: “Saben que dentro de dos días se celebra la pascua, y el Hijo del Hombre será entregado para ser crucificado”.
Entonces los principales sacerdotes, los escribas y los ancianos del pueblo se reunieron en el patio del sumo sacerdote Caifás y tuvieron consejo para prender con engaño a Jesús y matarle. Pero, decían: No durante la fiesta, para que no se haga alboroto en el pueblo.
Y estando Jesús en Betania, en casa de Simón el leproso, vino a él una mujer con un vaso de alabastro de perfume de gran precio y lo derramó sobre la cabeza de Jesús, estando sentado en la mesa. Al ver esto, los discípulos se enojaron, diciendo: ¿Para qué este desperdicio? Porque esto podía haberse vendido a gran precio para dárselo a los pobres.
Y entendiéndolo Jesús, les dijo: ¿Por qué molestan a esta mujer? Pues ha hecho conmigo una buena obra. Porque siempre tendrán a los pobres con ustedes, pero a mí no siempre me tendrán. Mateo 26: 1 – 11
Realmente, Jesús afirmó un acontecimiento que siempre estará presente. Puesto que, son muy pocas las personas que piensan en los pobres o en los más necesitados. Ya que, son muchos los que viven de los deseos jugosos de su corazón.
Porque, al derramar el perfume sobre Jesús, se simboliza que todo lo que una persona puede tener, colocar a merced del Señor. Sin dudar por lo que pueda gastar.
Pero, uno de los doce que se llama Judas Iscariote, fue a los principales y les dijo: ¿Cuánto me dan por entregarles a Jesús? Y ellos le asignaron treinta piezas de plata.
Por eso, cuando Jesús se sentó a la mesa con los doce para celebrar la pascua, anunció que uno de ellos lo entregaría para muerte. De hecho, fue así. Sin embargo, Jesús dejo dicho “el hombre va según lo que esta escrito de él, más hay de aquél por quién el Hijo del Hombre es entregado”.
Mateo 26: 17 – 25.
Finalmente, fue trágica la muerte de Judas por la culpa que invadía su corazón de haber entregado al Señor, donde se atormentó y se ahorcó. Y, son los resultados que lastimosamente ocurren en esas personas que buscan su propio beneficio, incurriendo en lo ilícito. Mateo 27: 3 – 5
